Una pregunta olvidada, un ejercicio bastardeado por el colectivo social que logró robotizar las acciones. Sabemos, acaso, desde dónde parte nuestro estado de ánimo, desde dónde hacemos lo que hacemos, desde dónde decimos, pensamos, sospechamos, elucubramos y amamos. ¿Desde dónde harías una consulta al Tarot?
Hay quienes se acercan a un tarotista para saber si su pareja los engaña, si van a aprobar un examen, conseguir trabajo, viajar, mudarse, tener hijos, ganar fortunas y hasta morir. Son preguntas válidas que las cartas no responderán porque no lo saben. La lectura de los Triunfos (así se llaman los arcanos del maso) son mucho más precisas porque ligan la inquietud del consultante a su verdadera intención. Desde ese lugar, escondida tras la palabra, el alma pregunta y el Tarot responde. OES.
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